26 de junio de 2010

Fauna alpina

Esta mañana estuve con mi padre, Alejandro García Cos, de ruta por la sierra de Peña Labra. El día estaba nublado, aunque a un rato salió el Sol. Aún quedaban pequeños corros de granizo, procendetes de la tormenta de la noche anterior. Estuvimos por la cresta de la sierra observando aves y mamíferos de alta montaña.

Por la carretera de montaña se nos cruza una Liebre del piornal Lepus castroviejoi que finalmente se oculta en el matorral.

Al poco de empezar a andar vemos una pareja de Gorriones alpinos Montifringilla nivalis. Nunca con anterioridad había observado la especie en esta localidad, la población más oriental que conocía en Cantabria hasta la fecha era en el macizo de Peña Prieta y su entorno. En las publicaciones revisadas tampoco se cita en este sector de la cordillera Cantábrica.

Seguimos ruta por las cumbres, Bisbitas alpinos Anthus spinoletta y Collalbas grises Oenanthe oenanthe salen al paso. Un poco más adelante observamos un bonito macho de Roquero rojo Monticola saxatilis que canta desde su posadero. Un pequeño grupo de Chovas piquirrojas Phyrrocorax phyrrocorax vuela por la zona, al igual que una veintena de Buitres leonados Gyps fulvus que patrullan las cumbres.







Dos Ciervas Cervus elaphus se mueven ladera abajo.

En una pedrera localizamos un confiado Acentor alpino Prunella collaris. Más adelante observamos otros tres ejemplares, una pareja que entra repetidamente a una grieta donde previsiblemente tendrá el nido y otro individuo más. Mientras comemos el bocadillo se posan habitualmente cerca. Un rebaño de Rebecos cantábricos Rupicapra pyrenaica parva hembras y crías se alimentan y descansan debajo del cortado donde nos encontramos.

De pronto se echa una nube sobre la cumbre, se cierra en niebla y suena algún trueno esporádico. A más de 2.000 m de altura las tormentas no son nada recomendables, por lo que sin tiempo para la sobremesa, deshacemos el camino andado. Afortunadamente esquivamos la lluvia y la niebla.

Durante el regreso vemos otra pareja de Acentor alpino, una pareja de Verderón serrano Serinus citrinella y otro rebaño de Rebecos.

Finalizando la ruta nos volvemos a encontrar con la pareja de Gorriones alpinos.

21 de junio de 2010

Picos medianos y rapaces

Ayer 20 de junio estuve pateando el monte por la comarca de Liébana, en concreto por el municipio de Vega de Liébana. Llegué allí a media mañana, aparqué la furgoneta, cogí la mochila y empecé a caminar ladera arriba.

La mañana está fresca, con niebla por encima de los 1.400-1.500 m de altitud. Pasado ya mediodía se despejaría el día y por fin se pudo ver el Sol y las cumbres de la cordillera Cantábrica, tales como Peña Bistruey, Pico Lezna o Peña Prieta. A media tarde la niebla vuelve a hacerse protagonista, cubriendo las cotas más altas.

En cuanto a la fauna, estaban muy activos los Picos medianos Dendrocopos medius reclamando frecuentemente, algo que es habitual en estas fechas en localidades con alta densidad de población, como es el caso. El primero de los ejemplares que localicé estaba en un sector con nogales, castaños y fresnos, por debajo del melojar. No muy lejos respondía otro ave, ya en el melojar. Sigo subiendo y observo dos aves más en el melojar, que se mueven por la zona. Algo más arriba otros dos ejemplares. También 1 Papamoscas gris Muscicapa striata comiéndose una mariposa.

Continúo ascendiendo, en el borde del melojar con un prado observo un Papamoscas cerrojillo Ficedula hypoleuca, especie que cría en algunos robledales de Quercus pyrenaica de la comarca. Un macho de Corzo Capreolus capreolus pasta tranquilamente en un prado por debajo del hayedo.

Por fin llego a un collado por donde transita habitualmente el Lobo ibérico Canis lupus signatus. Empiezo a buscar sus rastros y localizo las huellas en el fango de al menos un ejemplar. Aunque con la cantidad de huellas del ganado es difícil localizar más.

Levanta la niebla y comienza la actividad de las aves rapaces, que aprovechan la ocasión para buscar comida. Los Buitres leonados Gyps fulvus se mueven de un lado a otro. También aparece en escena una Culebrera europea Circaetus gallicus que se cernie en busca de ofidios. Un Aguililla calzada Hieraaetus pennatus de fase clara coge una corriente de aire ascendente junto a un Buitre leonado. También un macho de Aguilucho pálido Circus cyaneus en vuelo de caza entre los brezales y hayedos.



Me adentro en una cabecera de hayedo, donde localizo un Reyezuelo sencillo Regulus regulus buscando comida entre los líquenes de las hayas. Próximo a él un macho de Camachuelo común Phyrrula phyrrula. En un borde del bosque, con abundantes escobas, canta una Curruca mosquitera Sylvia borin.

Después de comer, cambio hacia un valle contiguo, antes en una cabecera de hayedo una Corza camina sigilosamente. Atravieso una ladera solana cubierta de brezal, con algún roble albar disperso. Un macho de Curruca zarcera Sylvia communis canta desde lo alto de un roble. Un macho de Ciervo rojo Cervus elaphus, con las cuernas aún poco desarrolladas, se oculta en el hayedo.




Llego hasta un collado, donde a mis pies se abre un espectacular valle, muy cerca, un grupo de tejos se agarra a unas peñas calizas. Un Aguililla calzada de fase oscura ciclea a baja altura, mientras un Alimoche Neophron percnopterus prospecta el valle. En las cumbres, varios Rebecos Rupicapra pyrenaica parva pastan tranquilamente.

La niebla vuelve a hacer acto de presencia y decido regresar. De camino escucho una algarabía de Cuervos. Son tres ejemplares persiguiendo a un Águila real Aquila chrysaetus. No cesan en su acoso por toda la valleja. El águila, ya aburrida, se posa en el suelo en un intento de librarse de los córvidos, pero estos se posan a su lado. Vuelve a levantar el vuelo y ellos tras ella. Pasan muy cerca de donde estoy. Parece un ejemplar de tercer año calendario. Por si fuera poco, a la persecución se suma una pareja de Chovas piquirrojas. Tras un buen rato, los córvidos parecen cansarse y el águila puede seguir prospectando las laderas a baja altura.

Voy descendiendo poco a poco, un Corzo macho sale a pastar en un claro del hayedo. En el melojar vuelvo a localizar un Pico mediano, en una de las localizaciones de la mañana. Ya en el pueblo, un macho de Colirrojo real busca comida.

12 de junio de 2010

El Lobo ibérico en el Saja-Besaya

El Lobo ibérico Canis lupus signatus es un animal que despierta pasiones encontradas en el hombre, a poca gente le deja indiferente. Perseguido y odiado por las gentes del campo, que ven en él un competidor desde tiempos ancestrales, además de una amenaza para sus ganados, en otras ocasiones es un animal mitificado e idolatrado.

Personalmente siempre he tenido una gran admiración por la especie, por su gran adaptación e instinto de supervivencia, que le ha permitido sobrevivir hasta nuestros días, a pesar de la desmesurada persecución que ha sufrido y sigue sufriendo en la actualidad. También por su modo de vida social, por su papel de superdepredador, de regulador incuestionable e insustituible de las poblaciones de herbívoros, o por que no, por su mirada penetrante.


El Lobo ibérico en Cantabria en general y en el Parque Natural Saja-Besaya en particular, ha vivido tiempos peores. Así, a finales de la década de los 70 estaba prácticamente extinguido de toda la región, únicamente algún ejemplar se adentraba ocasionalmente desde Burgos y Palencia en la comarca de Los Valles, en el sur de Cantabria. En el resto de la región, incluido el Saja-Besaya, la brutal persecución sufrida pudo con él. Cepos, lazos y escopetas nos habían privado de su presencia.

Poco a poco la especie fue regresando y a pesar de haber continuado la persecución, ha ido incrementando poco a poco su población y ampliando su área de distribución por la región. En el Parque Natural Saja-Besaya la historia ha sido la misma, de estar totalmente extinguido a finales de los 70, ha pasado a estar presente a día de hoy por toda la superficie del Parque. Los primeros ejemplares fueron apareciendo en el sur del área protegida, en lugares como Sejos, Palombera o Fuentes. Con el paso de las décadas fueron ampliando sus dominios hacia el norte, con intentos de reproducción cada vez más hacia el norte, aunque algunos de ellos neutralizados por el hombre. Aún así, a pesar incluso de ser considerado especie cinegética y estar permitida su caza en las batidas de Jabalí que se celebran de septiembre a febrero en la Reserva del Saja, además de los controles efectuados por la propia guardería, el Lobo ibérico ha seguido presente y como os decía, hoy en día está distribuido por toda la superficie del Parque Natural.

Durante 2009 estuve siguiendo por mi cuenta las evoluciones de los diferentes grupos y ejemplares presentes dentro del Parque. Por motivos de seguridad para la especie, no voy a desvelar aquí sus movimientos, áreas de cría o similar, pero sí quiero aproximaros a la realidad actual de la especie en el área protegida.

Estuvieron presentes en el Parque al menos un total de 2-3 grupos familiares, a los que hay que sumar algún ejemplar solitario más. En total una población mínima de entre 8 y 10 ejemplares a comienzos de primavera, antes de los partos, distribuida por cuatro sectores diferentes. Por falta de tiempo no puede seguir la evolución de los diferentes grupos y ejemplares durante finales del verano y comienzos del otoño, para conocer el éxito reproductor y la evolución de la población. No obstante, una de las parejas que se reprodujo en el Parque el año pasado, logró sacar adelante al menos tres crías, que aún este pasado invierno acompañaban a sus padres.

Esperemos que esta tendencia positiva de la especie se consolide y el Lobo ibérico pueda seguir ejerciendo su papel de superdepredador, un papel muy necesario en un espacio natural como es el Parque Natural Saja-Besaya, donde las poblaciones de herbívoros, en concreto las de Ciervo rojo, están desproporcionadas, ocasionando una amenaza para la vegetación y otras especies de fauna presentes en la zona.

11 de junio de 2010

Reproductores costeros

En estos primeros días de junio, varias especies de aves marinas que crían en nuestra costa están inmersas en su período reproductor, intentando sacar adelante a sus respectivos pollos. Me refiero a 5 especies; Cormorán moñudo Phalacrocorax aristotelis, Charrán común Sterna hirundo, Gaviota patiamarilla Larus michahellis, Paíño europeo Hydrobates pelagicus y Ostrero euroasiático Haemantopus ostralegus.

A excepción de la Gaviota patiamarilla, cuyas poblaciones son numerosas en Cantabria y el resto del Cantábrico y que estos días podemos ver en los islotes, acompañadas de sus pequeños pollos, el resto de especies se encuentran en una situación más o menos delicada, con poblaciones escasas o muy escasas. Es por ello que tanto el Cormorán moñudo, como el Charrán común y el Paíño europeo están incluidos en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Cantabria.

El Cormorán moñudo se encuentra ya finalizando la temporada de cría, con los juveniles formando "guarderías" en sus posaderos habituales, aunque algunos pollos crecidos permanecen aún en los nidos más tardíos. Este año he estado siguiendo la reproducción en tres colonias de Cantabria, una en cada sector costero (occidental, central y oriental), para ver la evolución de la especie con respecto a años anteriores. En general la población se encuentra estable, no llegando al centenar de parejas para toda la región. Ha sido un año de cría bastante bueno, especialmente en la principal colonia de cría de Cantabria (Monte Buciero de Santoña) donde la productividad de la especie ha sido bastante alta.

El Charrán común por su parte, está finalizando ya el proceso de incubación y se empiezan a ver los primeros pollos estos días. En el ámbito de la bahía de Santander, su única colonia de cría en todo el Cantábrico, están criando este año una veintena de parejas, en tres sectores distintos de la bahía. El principal de ellos, en la zona de Raos, se ha visto favorecido este año por la instalación de dos nuevas plataformas de nidificación, diseñadas e instaladas por Aves Cantábricas, por encargo de la Dirección General de Biodiversidad del Gobierno de Cantabria, ante el deterioro de los dos plataformas antiguas, instaladas hace ya más de una década, y tras el éxito de ocupación el año pasado, de una remodelación experimental sobre una de las plataformas antiguas.

Mientras, el Ostrero euroasiático Haematopus ostralegus se afana por lograr que sus polluelos sobrevivan al acoso de Gaviotas patiamarillas y Milanos negros, que no pierden una oportunidad para depredar sobre ellos. Es por ello que la productividad de las escasas 3 parejas que crían en Cantabria es muy baja, debido a la depredación y molestias por parte del hombre. No obstante, el año pasado fue un buen año para la especie. Este año he tenido la sorpresa de encontrarme con ejemplares en una nueva localidad de la costa de Cantabria, donde durante la primavera he visto una pareja de adultos y hace unos días también un ejemplar de 2º año (primer verano), aunque sin constatar éxito reproductor.
El Ostrero euroasiático es más frecuente durante la invernada, por ejemplo en el Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel y en la bahía de Santander, mientras que como reproductor, las parejas que crían en Galicia, Asturias o Cantabria son las más meridionales de Europa occidental.

Por último, el más pequeño de nuestros protagonistas de hoy, el Paíño europeo, ha ido llegando en el último mes y medio a los islotes donde cría, incubando y empezando ya a nacer los primeros pollos, en las grietas o huras más ocultas e inaccesibles, a salvo de depredadores como Gaviotas patiamarillas o Ratas, estas últimas un grave problema de conservación en los islotes donde consiguen llegar desde tierra.

5 de junio de 2010

Polaciones

Hoy estuve por Polaciones, disfrutando de sus bellos paisajes y de su rica fauna. Llegué a eso de las 7 h a La Laguna, hasta entonces la niebla había sido mi compañera de viaje, en el ascenso en coche por el valle del Nansa. Afortunadamente, a partir de aquí el cielo estaba despejado y se divisaban perfectamente las cumbres de Peña Labra, Sierra del Cordel, Peña Sagra, La Concilla o el Cuetu de Escajos, con un bonito mar de nubes valle abajo, hacia la costa.



Me dirigí rápidamente al lugar seleccionado para hacer una prospección con el teles. Los grupos de Rebecos Rupicapra pyrenaica parva pastan en las cumbres, con las hembras acompañadas de sus crías de pocas semanas. El Rebeco es una especie en expansión por Cantabria, habiendo aumentando su población en los últimos años en lugares como Peña Sagra o la Sierra del Cordel, e incluso apareciendo en nuevas localidades, hasta fechas recientes totalmente inverosímiles.

También localizo varios grupos de Ciervas Cervus elaphus alguna hembra acompañada de su cría y un macho con las cuernas en desarrollo, y un macho de Jabalí Sus scrofa, patrullando una braña alta, no muy lejos de una cabaña de vacas tudancas. Un Corzo Capreolus capreolus ladra desde el hayedo, mientras un Cuco común Cuculus canorus emite su canto.

Va calentando el Sol y los Buitres leonados Gups fulvus comienzan con su actividad diaria, al igual que un Alimoche común Neophron percnopterus que prospecta las cumbres en busca de comida.

Cerca de mi posición, un bonito macho de Escribano cerillo Emberiza citrinella marca su territorio desde un espino albar en flor.

Sube un poco la niebla y a eso de las 10 h decido moverme hacia el sur del municipio, para patear un poco el monte. Me dirijo hacia Peña Labra, una Corza me da la bienvenida en el hayedo. Más adelante vería otra más y una Cierva con su cría del año pasado.



Un Aguililla calzada Hieraaetus pennatus de fase oscura ciclea por encima de los brezales. Un poco más adelante veo una Culebrera europea Circaetus gallicus cerniéndose bastante cercana, disfrutando de su plano con el fondo de las cumbres de la cordillera (Curavacas, Peña Bistruey, Peña Prieta, Coriscao...).

Localizo el rastro de un ejemplar de Lobo ibérico Canis lupus signatus que desciende desde la carroña de una yegua, donde estuvo comiendo. Por allí también pasó otro comensal, el Zorro rojo Vulpes vulpes.

Detecto un rebaño de una treintena de Rebecos, hembras y crías, descansando y comiendo junto a unos neveros. Decido comer aquí, observando sus evoluciones. Los Bisbitas alpinos Anthus spinoletta están muy activos.

Después de comer la niebla va subiendo poco a poco, por lo que voy bajando. En un bonito pastizal, en el borde superior de un hayedo, observo un Zorro bajando hacia el bosque. En esta zona observo en varias ocasiones los movimientos de una pareja de Verderón serrano Serinus citrinella, detectados por su peculiar canto.

Definitivamente la niebla va subiendo así que desciendo poco a poco hacia el coche. En la bajada vuelvo a ver a la Culebrera europea y al Aguililla calzada en los mismos lugares. También un Abejero europeo Pernis apivorus.

Ya en el hayedo, una pareja de Agateador norteño Certhia familiaris busca comida en los troncos de las hayas.

Me ha llamado la atención la importante presencia de hayas con las hojas quemadas (secas) en las partes altas de Polaciones, Monte La Hoyona (Pesaguero) y entorno de Piedrasluengas. Seguramente se deba a las heladas tardías de mediados de mayo, que quemaron las hojas recién salidas de las yemas por esas fechas.